El pasado miércoles tuvimos ocasión de asistir en Pamplona, al Foro Participativo de la industria alimentaria sobre el Proyecto de Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, organizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El foro contó con la presencia de José Miguel Herrero Velasco, director General de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, representantes de grandes corporaciones de la industria alimentaria y de Luis Planas Puchades, Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en la clausura.
Fue un placer escuchar también a Inés Echeverría Goni, directora de I+D del Centro Nacional de Tecnología e Industria Alimentaria (CNTA). Gracias a ella conocimos iniciativas en las que la tecnología está ayudando a predecir la vida útil de los alimentos, contribuyendo así a la reducción del desperdicio.

Tuvimos ocasión de conocer más a fondo el proyecto de Ley, que plantea cuestiones como la obligación de todos los agentes de la cadena alimentaria de contar con un plan de prevención para evitar el desperdicio alimentario, y fija una jerarquía de prioridades de obligado cumplimiento:
- Donación a entidades sociales
- Transformación en otros alimentos aptos para el consumo humano
- Cuando no sea posible, transformación en:
- subproductos para la alimentación animal
- piensos
- compost
- biogás u otro tipo de combustible.
Es la transformación precisamente la actividad principal de Panduru, transformar un desperdicio alimentario (el pan que no se vende en las panaderías) en repostería de calidad. Pero para llegar aquí hemos recorrido un largo camino, en el que hemos encontrado soluciones gracias, principalmente, al ingenio, el trabajo duro y una firme convicción de la necesidad de cuidar nuestra tierra.

Nuestra sociedad no puede soportar que se tire un tercio de los alimentos que se producen en el mundo. Es indecente. Por eso hace ya tiempo que en Panduru seguimos muy de cerca este Proyecto de Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio alimentario , que supone un gran avance hacia la reducción del desperdicio alimentario.
Pero iniciativas como la nuestra, solas, no podemos. Para cumplir los objetivos de este proyecto, necesitamos apoyo y compromiso por parte de las instituciones, para medir el impacto de la transformación de los desperdicios alimentarios y buscar el proceso de transformación menos intensivo.
Esperemos que con estas medidas, y con la implicación de todos los agentes, podamos reducir el desperdicio alimentario y contribuir a una sociedad más justa.
Es una necesidad moral.